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¿Qué hacemos cuando tenemos vergüenza?

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¿Qué hacemos cuando tenemos vergüenza?

Por: Ps. Trinidad Gómez

La vergüenza es una emoción compleja que tod@s compartimos. Se ha dicho de la vergüenza que es una de las emociones más dolorosas e incapacitantes, y además, varias investigaciones encuentran una relación entre la vergüenza y el desarrollo de depresión, ansiedad, y otros problemas de salud mental. Y sin embargo, no es mucho lo que escuchamos de esta emoción. En el siguiente artículo exploramos qué es la vergüenza y cuál es el antídoto.

¿Qué son las emociones?

Las emociones son respuestas o reacciones transitorias que experimentamos en nuestro interior. Cada emoción se manifiesta en sensaciones físicas (como el latido acelerado de nuestro corazón cuando sentimos miedo), cambios en el estado de ánimo (sentirnos bajoneados), pensamientos y conductas específicas. 

Nuestras emociones cumplen una importante función: nos brindan valiosa información del mundo y las personas que nos rodean. Sentir miedo, por ejemplo, nos pone en modo alerta para escapar de alguna situación potencialmente peligrosa. Sentir pena nos puede movilizar para buscar el apoyo y consuelo de nuestros seres queridos. Sentir alegría nos ayuda a conectar con otros.

Ahora bien, algunas emociones se pueden sentir de manera muy incómoda y desagradable. Otras son difíciles de comprender y manejar. Hay ciertas emociones que parecen pintar el mundo color gris. La vergüenza es una de estas emociones. A continuación exploramos lo que la investigación nos dice acerca de qué es la vergüenza, cuál función cumple, y cómo aliviarla.

¿Qué es la vergüenza?

La vergüenza es una emoción compleja. En términos muy simples, se puede entender como la emoción que surge cuando nos sentimos mal respecto de nosotros mismos; es decir, cuando nos sentimos inferiores, incompetentes, incapaces, fracasados, o que no somos dignos de amor o aprecio. A menudo, está relacionada con la sensación de haber fracasado.  

Vergüenza externa

A veces, sentimos vergüenza cuando los otros nos evalúan negativamente o piensan mal de nosotros. Esto puede ocurrir, por ejemplo, cuando recibimos una humillación, burla o crítica, o cuando cometemos un error públicamente. En estos casos, nos empezamos a preguntar qué estará pensando el otro de mi. Nos preocupa cómo nos perciben los demás y tememos que se burlen o decepcionen de nosotros. 

Vergüenza interna

Otras veces, sentimos vergüenza cuando nosotros mismos nos evaluamos negativamente. Esto suele suceder cuando no cumplimos con nuestras propias expectativas o ideales. Empezamos a pensar que somos inferiores, malos, defectuosos y otros atributos negativos. La vergüenza puede estar asociada a nuestro aspecto físico (nos sentimos poco atractivos o deseables); características o atributos de nuestra personalidad (sentimos que hay algo malo o defectuoso en nuestra manera de ser); o a la sensación de haber fracasado (no cumplir con una meta u objetivo). Toda nuestra atención está puesta en nosotros mismos, y nos sentimos inconformes con quien somos o con partes de nosotros.

¿Cómo se siente la vergüenza?

Algunos modelos de investigación plantean que la vergüenza (al igual que otras emociones) tiene un componente cognitivo, conductual y fisiológico. En el siguiente cuadro ejemplificamos estos componentes. Probablemente te sentirás identificado con alguno de estos ejemplos. Recuerda que la vergüenza es una emoción universal y transitoria que todos sentimos en algún momento.

¿Por qué sentimos vergüenza?

Es verdad que la vergüenza, como todas las emociones, cumple una función. Una teoría sugiere que sentir vergüenza cuando nuestro comportamiento es considerado inapropiado puede actuar como una señal para corregir nuestro comportamiento y evitar el rechazo o la desaprobación de los demás. Esto sería beneficioso para promover lazos sociales positivos. También, sentir vergüenza cuando actuamos de manera contraria a nuestros valores o ideales morales puede motivarnos a corregir nuestras acciones y ajustar nuestro comportamiento para alinearnos con lo que consideramos correcto. En este sentido, puede ser importante escuchar tu vergüenza e intentar descubrir qué nos está queriendo decir. 

Sin embargo, cuando la vergüenza se vuelve excesiva o paralizante, afectando negativamente la autoestima y la salud mental, se puede convertir en un problema. Si la vergüenza nos impide realizar actividades, interactuar con otros y salir a conocer el mundo, entonces podría ser el momento de buscar ayuda.

¿Amistarnos con la vergüenza?

Se ha visto que las personas que son muy propensas a sentir vergüenza, y aquellas que presentan dificultades para regular esta emoción, pueden desarrollar diversos problemas de salud mental, tales como depresión, ansiedad y estrés. La vergüenza también se relaciona con dificultades en el autoestima, y en las relaciones interpersonales.

Ahora bien, ¿por qué amistarnos con la vergüenza? Porque la investigación muestra que no es la verguenza en sí misma, si no la manera en la que nosotros reaccionamos a ella, lo que determina el desarrollo de problemas de salud mental. Las personas con una tendencia a evitar, ocultar o suprimir esta emoción son más propensas a desarrollar problemas como depresión o ansiedad. Mientras, aquellas personas que aceptan la experiencia emocional de la vergüenza, y se aproximan a ella de manera auto-compasiva, tienden a experimentar mayores índices de bienestar y menos desarrollo de patologías.

La vergüenza es parte de nuestras vidas y siempre nos va a acompañar. A continuación, te sugerimos maneras efectivas de reaccionar ante tu vergüenza para ayudarte a reducir la intensidad de esta emoción y alivianar sus efectos.

Formas de lidiar con la vergüenza

1. Habla sobre tu vergüenza.

La próxima vez que sientas vergüenza, cuéntale a algún ser querido acerca de lo que sientes y las circunstancias que te llevaron a eso. Como ya vimos, la vergüenza nos hace sentir mal respecto de nosotros mismos, como si fuéramos defectuosos, malos, incompetentes, fracasados, o inferiores. Nos podemos sentir poco dignos de amor o aprecio. Por eso, la próxima vez que sientas vergüenza, habla con un ser querido. Esto funciona porque: 1) la vergüenza es una emoción universal. Hablar con otros nos ayuda a darnos cuenta de que no somos los únicos que, en ocasiones, nos sentimos así. 2) Hablar con un ser querido nos puede ayudar a recibir otra perspectiva de nosotros mismos. Probablemente, nuestro ser querido aliviará la sensación de que somos inferiores, defectuosos o inútiles.

2. Trátate como a un amigo.

Las personas tendemos a ser muy críticas de nosotros mismos. Sin embargo, cuando hablamos con un amigo que está pasando por un mal momento, intentamos ser acogedores, cálidos, amorosos y compasivos. Intenta recordar ocasiones en las que un querido amigo acudió a ti sintiéndose mal consigo mismo. Recuerda cómo respondiste ante esta situación: ¿qué hiciste y, qué le dijiste a tu amigo?, ¿con qué tono le hablaste? Luego, practica tratarte a ti mismo como tratarías a un buen amigo.

Aceptar nuestra propia vulnerabilidad nos puede ayudar a desarrollar una mayor compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás. La vergüenza puede ser un recordatorio de nuestra humanidad compartida y darnos la oportunidad de conectar con los demás.

Si crees que tú o un ser querid@ necesita ayuda para regular sus emociones, no dudes en acudir a un médico o psicólogo. En PsiConecta contamos con una red de psicólogos online y psicólogos presenciales.

Referencias

-Budiarto, Y., y Helmi, A. F. (2021). Shame and Self-Esteem: A Meta-Analysis. Europe’s Journal of Psychology, 17(2), 131-145. https://doi.org/10.5964/ejop.2115

-Cândea, D. M., & Szentagotai-Tătar, A. (2018). Shame-proneness, guilt-proneness and anxiety symptoms: A meta-analysis. Journal of Anxiety Disorders, 58, 78–106. https://10.1007/s12671-018-0924-1

-Callow, T. J., Moffitt, R. L., y Neumann, D. L. (2021). External shame and its association with depression and anxiety: the moderating role of self-compassion. Australian Psychologist, 56(1), 70–80. DOI: 10.1080/00050067.2021.1890984

-Velotti, P., Garofalo, C., Bottazzi, F., y Caretti, V. (2017). Faces of shame: Implications for self-esteem, emotion regulation, aggression, and well-being. The Journal of Psychology, 151(2), 171–184. https://10.1080/00223980.2016.1248809

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