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Por: Isidora Pinto Elster | Editor(a): Paula Errázuriz Arellano

El bullying es una conducta repetitiva que afecta el normal comportamiento de l@s escolares que son víctimas de ella. En este apartado encontrarás material que aborda las características y tipos de bullying. También identificarás algunos factores de riesgo, efectos del bullying y signos para identificar si un niñ@ está siendo víctima de bullying. A su vez, compartimos algunas recomendaciones sobre cómo ayudar a quien está siendo acosado.

Bullying

El bullying, también llamado intimidación o acoso, es una conducta escolar repetitiva que afecta el normal comportamiento de la víctima y/o de la clase, tanto fuera como dentro de un centro educativo. Las conductas que causan sufrimiento a las personas son variadas e incluyen:  insultos, apodos, emboscadas, ignorar, excluir, dañar las pertenencias, amenazar, empujar, pegar, entre otras. Incluye conductas de maltrato verbal, físico y/o psicológico.

El bullying  tiene tres características que siempre están presentes: comportamientos agresivos, diferencia de poder y  repetición.  Respecto a la diferencia de poder, refiere a que la víctima es o se percibe más débil y los acosadores pueden intentar usar la fuerza física, información vergonzosa o la popularidad para dañar. Por otro lado, la característica “repetición” alude a que dicha conducta ocurre más de una vez o probablemente volverá a suceder.

Por su parte, podemos identificar 4 formas de bullying: acoso físico, acoso verbal, intimidación social/relacional y ciberacoso. 

  1. El acoso físico implica dañar el cuerpo o las pertenencias de una persona. Por ejemplo: golpear, patear y robar o romper cosas de alguien.
  2. El acoso verbal consiste en decir o escribir cosas negativas, incluyendo insultos, burlas y amenazas.
  3. La intimidación social/relacional incluye dañar la reputación o las relaciones de alguien. Ejemplos de ello son difundir rumores, avergonzar a alguien en público o hacer que alguien se sienta excluido.
  4. Por último, el ciberacoso corresponde a la intimidación que ocurre a través de mensajes de texto o en línea utilizando correos electrónicos, redes sociales, foros o juegos. Este tipo de acoso puede ser anónimo, muy difícil de eliminar y de notar. Algunos ejemplos son publicar rumores en las redes sociales, compartir fotos o videos vergonzosos en línea, compartir información privada de otra persona en línea (doxing), amenazar a alguien en línea, crear cuentas falsas y publicar información para avergonzar a alguien. 

Lamentablemente, algunos niños, niñas y adolescentes presentan algunos factores que los vuelven sujetos de mayor riesgo para sufrir bullying.  Algunos de estos factores de riesgo son: 

  • Presentar alguna enfermedad mental como depresión, ansiedad o baja autoestima.
  • Tener alguna discapacidad intelectual o del desarrollo.
  • Ser percibido como “débil”.
  • Ser percibido como “diferente” por sus compañeros. Por ejemplo, porque tienen sobrepeso o bajo peso, se visten de manera diferente o son de una raza distinta a la mayoritaria en un contexto.
  • Aquellos niñ@s y adolescentes (NNA) que no tienen muchos amigos o no socializan bien con los demás.

Asimismo, también existen algunos factores de riesgos de ser acosador(a) tales como: ser agresivo o frustrarse fácilmente; tener problemas en el hogar, como sufrir violencia o acoso o tener padres no involucrados con sus hijos; tener problemas para seguir las reglas; ver la violencia en forma positiva; y tener amigos que intimidan a otros.

También pueden existir dos tipos de NNA que ejercen acoso. Por un lado pueden ser NNA que tienen poder social y les gusta estar al mando de otros. Y por otro lado, pueden ser NNA que están más aislados de sus compañeros, pueden estar deprimidos o ansiosos, tienen baja autoestima, son fácilmente presionados por sus compañeros y tienen problemas para entender los sentimientos de otras personas.

Aún así, es importante destacar que sean cuales sean tus características ¡Ningún persona debería ser víctima de bullying! El bullying es un problema grave que causa daño. No sólo lastima a la persona que está siendo intimidada, también puede ser perjudicial para los acosadores y para los testigos de la intimidación. Los niñ@s que son acosados pueden desarrollar depresión, ansiedad y baja autoestima; problemas que en ocasiones se extienden a lo largo de toda su vida. A su vez, pueden padecer problemas de salud, tales como dolores de cabeza y de estómago. Sufrir bullying también puede gatillar un deterioro en el rendimiento académico y aumentar el ausentismo y deserción escolar

Por otro lado, los niños que intimidan a otros tienen un mayor riesgo de consumo de sustancias, problemas en la escuela y violencia en el futuro.

Es por todo esto que se vuelve esencial la detección temprana e intervención del bullying.  Sin embargo, es frecuente que los niños que están siendo intimidados no lo denuncien, por vergüenza o temor a una reacción violenta del acosador o pensar que a nadie le importa. Aún así, existen ciertos signos que podrían dar cuenta de un problema de acoso escolar: Algunos de estos son: 

  • Baja autoestima.
  • Dolores de cabeza, dolores de estómago o malos hábitos alimenticios.
  • No querer ir a la escuela o baja en el rendimiento escolar.
  • Comportamientos autodestructivos, como huir de casa, hacerse daño o hablar de suicidio.
  • Lesiones inexplicables.
  • Perder o destruir ropa, libros, artículos electrónicos u otros.
  • Problemas para dormir o pesadillas frecuentes.
  • Pérdida repentina de amigos o evitación de situaciones sociales.

Una vez que se detecta alguna situación de acoso, existen diversas formas de contener y ayudar. Por un lado, te recomendamos escuchar y enfocarte en el/la NNA que está siento acosado. Ello permite enterarse de qué está pasando y demostrar que se quiere ayudar. Luego, te invitamos a asegurar al NNA que lo que sucede no es su culpa. Una vez que se está consciente de las dificultades que el NNA acosado puede estar pasando, es posible que este pueda hablar sobre esto. Para ello te sugerimos referirl@ a un consejero escolar, psicólog@ u otro servicio de salud mental. También, en dicho espacio se pueden entregar sugerencias sobre qué hacer. Por ejemplo, hacer juego de intercambiar roles y pensar cómo reaccionará el niñ@ si el acoso ocurre nuevamente.

Sin embargo, no basta con involucrar al NNA que ha sido acosado. Para resolver la situación y proteger es importante trabajar en conjunto con los apoderados y la escuela.  El bullying no suele terminar de la noche a la mañana. El compromiso para detenerlo debe mantenerse y asegurarse de que el agresor sepa que su comportamiento es incorrecto y que perjudica a otros. Asimismo, se debe concientizar a todos los estudiantes que el acoso escolar es un tema serio que no será tolerado.

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