Interacciones recíprocas y contingentes en primera infancia
Un número cada vez mayor de estudios documentan el impacto de la interacción de apoyo y el “cuidado sensible” tanto en la función como en la estructura del cerebro. Si las respuestas de un adulto a un niño no son confiables, son inapropiadas o simplemente no existen, la arquitectura y el desarrollo del cerebro puede verse afectado, incidiendo en la salud física, mental y emocional posterior. Por otro lado, el cuidado parental sensible, caracterizado por una respuesta rápida y adecuada a las señales y necesidades del niño, predice una relación de apego más segura, mayores niveles de competencia cognitiva y menos problemas psicológicos.
Las relaciones entre niño-adulto que son receptivas y atentas, construyen una base sólida en el cerebro de un niño para todo el aprendizaje y el desarrollo futuros. Este tipo de interacciones se llaman “servir y devolver”. Para aprender más sobre este tema, el Center of Developing Child de Harvard Univerity ha creado una serie de videos y artículos donde encontrarás información sobre qué es la interacción “servir y devolver” y a la vez nos entrega una propuesta de 5 pasos para practicar este tipo de interacción.