Conducta sexual compulsiva
Por: Ps. Isidora Pinto
La conducta sexual compulsiva (CBSD) es un tema complejo y controvertido que ha generado un considerable debate en el campo de la psicología y la salud mental. Se refiere a un patrón persistente de falta de control de impulsos o impulsos sexuales intensos y repetitivos, lo que resulta en un comportamiento sexual repetitivo durante un período prolongado (6 meses o más) que causa una angustia marcada o deterioro personal, familiar, social, educativo, ocupacional, u otras áreas importantes de funcionamiento. Se estima que su prevalencia es de al menos el 3%(Briken, Wiessner, Štulhofer, Klein, Fuß, Reed, y Dekker. 2022).
La conducta sexual compulsiva puede incluir una variedad de experiencias sexuales normales. Los ejemplos son la masturbación, el cibersexo, múltiples parejas sexuales, el consumo de pornografía o pagar por sexo. Sin embargo, cuando estas conductas sexuales se transforman en un elemento esencial de la vida, son difíciles de controlar y son disruptivas o perjudiciales para la persona o para los demás, pueden considerarse conductas sexuales compulsivas.
Por ende, una de las principales características de la conducta sexual compulsiva es la falta de control sobre los impulsos sexuales. Las personas que la experimentan pueden sentir una intensa necesidad de buscar gratificación sexual de manera repetitiva, incluso a pesar de las consecuencias negativas que esto pueda acarrear. Estas consecuencias pueden incluir problemas en las relaciones interpersonales, deterioro en el rendimiento académico o laboral, sentimientos de culpa y vergüenza, entre otros.
El Trastorno de Comportamiento Sexual Compulsivo (CSBD) es un diagnóstico en la 11ª edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11) que se ubica en la sección de trastornos del control de impulsos. Ello ha generado diversas controversias, ya que diversos investigadores consideran que parece ser más probable que sea un trastorno debido a conductas adictivas que un trastorno obsesivo compulsivo o un trastorno de control de impulsos (Rumpf y Montag, 2022). Además, muchos profesionales de la salud mental utilizan el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5), como una guía para el diagnóstico de los trastornos de la salud mental y este no tiene su propia categoría diagnóstica para las conductas sexuales compulsivas; el diagnóstico utilizado es el de una subcategoría de otro trastorno de la salud mental, como un trastorno del control de los impulsos o una adicción conductual.
La conducta sexual compulsiva se diferencia de la actividad sexual saludable y normal por su naturaleza desadaptativa y la incapacidad del individuo para controlar sus impulsos sexuales. Las personas que experimentan esta conducta tienden a tener una obsesión por el sexo y pueden verse inmersas en patrones de comportamiento sexual autodestructivos. A su vez, es importante distinguir la CSBD con la angustia relacionada con la incongruencia moral. Las personas que están angustiadas debido a la incongruencia moral sobre el comportamiento sexual “normal” y que no tienen problemas con el autocontrol sexual pueden necesitar algún tipo de tratamiento o asesoramiento, pero no cumplen con las pautas de diagnóstico para CSBD. Sin embargo, experiencia de incongruencia moral en relación con comportamientos sexuales podría ser un correlato de CBSD (Rumpf y Montag, 2022).
Síntomas
– Fantasías, conductas sexuales e impulsos intensos y recurrentes que consumen mucho tiempo y que se perciben como incontrolables.
– Sentirse atraído a mantener ciertas conductas sexuales y después sentir una liberación de tensión, pero también culpa o remordimiento.
– Existen intentos por reducir o controlar las fantasías, impulsos y conductas sexuales sin éxito.
Usar la conducta sexual compulsiva para escapar de otros problemas, como la soledad, la depresión, la ansiedad o el estrés.
– Se continúan teniendo conductas sexuales que tienen consecuencias graves, como la posibilidad de contraer o contagiar una infección de transmisión sexual, la pérdida de relaciones importantes, problemas en el trabajo, complicaciones económicas o problemas legales.
Causas
Las causas de la conducta sexual compulsiva son multifactoriales y pueden incluir factores biológicos, psicológicos y sociales. Estas se pueden vincular a:
– Un desequilibrio de las sustancias químicas naturales del cerebro. Ciertas sustancias químicas del cerebro (neurotransmisores), como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina, ayudan a regular el estado de ánimo. Estos niveles elevados pueden estar relacionados con la conducta sexual compulsiva.
– Cambios en las vías cerebrales. La conducta sexual compulsiva es una adicción que, con el paso del tiempo, podría provocar cambios en los circuitos neuronales del cerebro, especialmente en los centros de refuerzo del cerebro. Como ocurre con otras adicciones, con el tiempo, se suele necesitar contenido y estimulación sexuales más intensivos para obtener satisfacción o alivio.
– Trastornos que afectan el cerebro. Ciertas enfermedades o problemas de salud, como la epilepsia y la demencia, pueden provocar daños a las partes del cerebro que controlan la conducta sexual. Además, el tratamiento de la enfermedad de Parkinson con algunos medicamentos agonistas de dopamina puede provocar conducta sexual compulsiva.
– También puede ser provocada por mecanismos de afrontamiento de ansiedad y no por deseos sexuales; las personas pueden tener relaciones sexuales compulsivas para disminuir la sensación de ansiedad que puede causar la soledad (Gola y Potenza, 2016).
Además, un mayor riesgo de tener una conducta sexual compulsiva puede presentarse en personas con las siguientes características:
- Problemas de abuso de drogas o alcohol
- Otra enfermedad de salud mental, como el trastorno del estado de ánimo (depresión o ansiedad) o la adicción al juego
- Conflictos familiares o miembros de la familia con problemas, como la adicción
- Antecedentes de abuso sexual o maltrato físico
- Deterioro de las habilidades sociales y la soledad
- Algunos investigadores describen la CSB como un trastorno del apego, en el que, debido a los trastornos del apego que ocurren principalmente en la infancia, una persona puede ser incapaz de formar conexiones sociales seguras más adelante en la vida y correr un mayor riesgo. de desarrollar CSB.
Tratamiento
El tratamiento de la conducta sexual compulsiva generalmente implica una combinación de enfoques terapéuticos. La terapia cognitivo-conductual, la terapia de grupo, la terapia familiar y el apoyo psicosocial pueden ser útiles para abordar los aspectos emocionales, cognitivos y sociales de la conducta. Además, en algunos casos, puede ser necesario el uso de medicación para tratar síntomas asociados, como la depresión o la ansiedad.
Si crees que algún paciente que atiendes puede configurar este trastorno, puedes hacer las siguientes preguntas para aclarar el diagnóstico:
– ¿Puedes controlar tus impulsos sexuales? ¿Sientes que tu conducta se está volviendo más extrema o que está fuera de control?
– ¿Cuándo notaste deseos o conducta sexual dañina por primera vez?
– ¿Cómo, cuándo y con qué frecuencia ocurren estas conductas, qué parece desencadenarla o empeorarla, o qué ha sido útil para resistir los impulsos?
– ¿Tus conductas sexuales te provocan ansiedad?
– ¿Tu conducta sexual daña tus relaciones, afecta tu trabajo o ha provocado problemas legales?
– ¿Tu conducta te lastimó a ti o a otros en el pasado? ¿Tienes miedo de que te lastime a ti o a otros en el futuro?
– ¿Tratas de ocultar tus conducta sexual?
– Indagar otros problemas de salud mental como depresión, ansiedad o consumo de sustancias. Por ejemplo, si una evaluación médica confirma que la fase maníaca de un trastorno bipolar es la causa subyacente de un delito sexual, se debe considerar un tratamiento contra la manía y un tratamiento de mantenimiento con estabilizadores del estado de ánimo
– Indagar episodios traumáticos recientes o del pasado, situaciones que le provoquen estrés en la actualidad y cambios de vida recientes
– Preguntar sobre todos los medicamentos, vitaminas, hierbas u otros suplementos que tomes, y sus dosis
Un objetivo principal del tratamiento es ayudarte a controlar los impulsos y a reducir los excesos en la conducta mientras mantienes actividades sexuales saludables. También, dado que las personas con conductas sexuales compulsivas suelen tener problemas de alcoholismo o abuso de drogas u otros problemas de salud mental, como ansiedad o depresión, también se requiere trabajar dicho trastorno comórbido.
A su vez, las personas que representan una amenaza para los demás pueden beneficiarse al principio con un tratamiento hospitalario. Ya sea hospitalario o ambulatorio, el tratamiento puede ser intenso al comienzo. Y es posible que sientas que un tratamiento periódico y continuo a lo largo de los años es útil para prevenir recaídas.
Psicoterapia
– La terapia cognitiva conductual: ayuda a identificar comportamientos o creencias negativos y poco saludables, y a reemplazarlos por formas de afrontamiento más adaptativas. Aprendes estrategias para hacer que estas conductas sean menos privadas y para que no te resulte tan sencillo acceder a contenidos sexuales.
– La terapia de aceptación y compromiso: se centra en la aceptación de los pensamientos y los impulsos, así como en el compromiso de adoptar estrategias para elegir acciones que se ajusten a los valores importantes.
– La psicoterapia psicodinámica: se centra en ayudarte a reconocer los pensamientos y los comportamientos inconscientes, a desarrollar nuevas perspectivas de tus motivaciones y a resolver conflictos.
Medicamentos
Ciertos medicamentos pueden ser útiles porque actúan sobre las sustancias químicas del cerebro relacionadas con los pensamientos y comportamientos obsesivos, reducen las «recompensas» químicas que estos comportamientos proporcionan. Los medicamentos que se usan para tratar la conducta sexual compulsiva pueden ser:
– Antidepresivos. Ciertos tipos de antidepresivos utilizados para tratar la depresión, la ansiedad y el trastorno obsesivo compulsivo pueden ser útiles para tratar la conducta sexual compulsiva.
– Naltrexona. La naltrexona (Vivitrol) se suele utilizar para tratar el alcoholismo y la dependencia de los opioides, ya que bloquea la parte del cerebro que siente placer con determinadas conductas adictivas. Puede ser útil para tratar las adicciones conductuales, como la conducta sexual compulsiva y la ludopatía.
– Estabilizadores del estado de ánimo. Estos medicamentos se utilizan generalmente para tratar el trastorno bipolar, pero pueden reducir los impulsos sexuales compulsivos.
– Antiandrógenos. Estos medicamentos reducen los efectos biológicos de las hormonas sexuales (andrógenos) en los hombres. Debido a que reducen los impulsos sexuales, los antiandrógenos se suelen usar en hombres cuyas conductas sexuales compulsivas son peligrosas para los demás.
Grupos de autoayuda.
Los grupos de autoayuda y de apoyo pueden ser útiles para las personas con conducta sexual compulsiva y para afrontar algunos de los problemas que provoca. Estos grupos pueden ayudar a aprender acerca del trastorno, encontrar apoyo y comprensión y ayudar a prevenir las recaídas.
Referencias
Clasificación Internacional de Enfermedades 11ª Revisión. https://icd.who.int/en Consultado el 2 de septiembre de 2020.