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Depresión Perinatal

Depresión Perinatal

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Por: Marcia Olhaberry | Editor(a): Francisca Vadell

La depresión perinatal es la depresión que se presenta especialmente en las madres durante el embarazo o con posterioridad al parto. Aunque en menor porcentaje, esta patología también puede afectar a los padres durante este período.

Depresión Perinatal

Debido a la menor prevalencia, y también menor cantidad de investigación al respecto, la información aquí presentada se tratará en su mayoría sobre las madres, sin desconocer ni desvalorizar las dificultades que pueden vivir los padres en este proceso, que también se ven incluidos en varios apartados de este artículo. 

Revisa en este artículo

  1. ¿Qué es la depresión perinatal?
  2. Efectos de la depresión perinatal en el desarrollo infantil 
  3. ¿Por qué algunas personas tienen depresión perinatal?
  4. ¿Cuándo pedir ayuda profesional?
  5. Datos generales de impacto en Chile y el mundo sobre la depresión perinatal
  6. Mitos sobre la depresión perinatal
  7. Prevención de la depresión perinatal
  8. Tratamiento de la depresión perinatal
  9. ¿Cómo apoyar a una persona cercana que ha sido diagnosticada con depresión perinatal?
  10. ¿Cómo apoyar a mi pareja/madre de mi bebé que ha sido diagnosticada con depresión perinatal?

¿Qué es la depresión perinatal?

En primer lugar, es importante entender qué es la depresión (en general). 

La depresión es considerada una patología mental que se caracteriza por la experimentación de una tristeza y/o desesperación profunda que se mantiene por un tiempo prolongado (mayor a 2 semanas) e interfiere con las actividades de la vida cotidiana

Algunos de los síntomas más comunes son: 

  • Tristeza prolongada o sensación de vacío
  • Enojo e irritabilidad
  • Falta de interés o placer por realizar actividades que antes se disfrutaban
  • Cambios en el apetito y/o sueño (tanto de aumento como de disminución)
  • Falta de energía
  • Dificultades para concentrarse
  • Experimentar sentimientos de inutilidad o culpa intensos
  • En los casos más graves, se puede llegar a desear morir o a elaborar planes que atenten contra la propia vida, como también presentar síntomas psicóticos 

Para conocer más sobre la depresión (en general) te invitamos a revisar la guía de PsiConecta sobre esta enfermedad: https://psiconecta.org/depresion 

Ahora bien, la depresión perinatal se caracteriza por la presencia de síntomas depresivos durante el embarazo o el período de postparto. Lo “perinatal” abarca tanto la depresión prenatal (antes del parto) como la postnatal (después del parto).

La depresión perinatal se expresa en distintos niveles: 

A nivel de cuerpo se puede experimentar…

  • Sensación de cansancio
  • Disminución o aumento del sueño
  • Disminución o aumento del apetito
  • Enlentecimiento o aceleración 
  • Dolores difusos en la espalda, brazos y/o cabeza
  • Pérdida o disminución del deseo sexual

A nivel de los pensamientos se puede creer…

  • Que no tenemos valor
  • Que hacemos las cosas mal, que nunca nos saldrán bien, que no podremos cuidar de manera adecuada al bebé
  • También se pueden experimentar algunas fallas en la memoria y dificultades en la concentración

A nivel de las emociones se puede sentir…

  • Pena
  • Tristeza o ganas de llorar
  • Culpa, irritabilidad o mal genio
  • Rechazo al bebé y/o a brindarle cuidados 
  • Dificultades para disfrutar
  • Una pérdida del sentido del humor

*Es importante aclarar que no todas las depresiones serán iguales. Algunas personas pueden experimentar más el polo de la tristeza, mientras que otras el polo de la irritabilidad

A nivel de conductas se puede experimentar… 

  • Llanto fácil
  • Ganas de hacer nada
  • Lentitud 
  • Aislamiento
  • Ganas constantes de acostarse y dormir
  • Desinterés en la actividad física 

En el caso de los hombres, se ha observado que la depresión puede manifestarse de manera diferente. Más que la expresión de tristeza, se presenta mayor hostilidad, conflicto y enojo. A la vez, los padres tenderían a ser más evitativos y enfocarse en actividades que mantengan cierta distancia de la crianza; tales como aumentar la carga de trabajo o el deporte; así como también lidiar con el sufrimiento a través de la automedicación y/o consumo de sustancias. 

La depresión causa un gran sufrimiento tanto a las personas que la padecen como a sus círculos cercanos. En el caso de la depresión perinatal, la investigación ha demostrado que tiene efectos significativos en el vínculo con el/la bebé y, por lo tanto, también afecta el desarrollo infantil. Se presentan consecuencias tanto a nivel de vínculo, como en el desarrollo cognitivo y capacidad de regulación. 

  • Esto se debe a que el contexto en el que el bebé se encuentra y las experiencias de sus cuidadores afectan el desarrollo de su cerebro, provocando así secuelas en lo biológico, psicológico y social. 
  • Ahora bien, se ha observado que cuando las madres presentan depresión, los padres que no la presentan podrían cumplir un rol protector para el niño. Los padres también son figuras primarias de vínculo y su rol en el cuidado y la crianza resulta fundamental para un desarrollo saludable.
  • Hay mucho que la red de apoyo puede hacer para contribuir y aminorar las posibles consecuencias de la depresión materna en los bebés. Si bien muchas veces el rol de segundo cuidador principal de un bebé lo cumple el padre, es importante recordar que también pueden ocupar este lugar de manera muy satisfactoria otros adultos significativos como abuelas, parejas u otras personas cercanas a la madre. 

Efectos de la depresión perinatal en el desarrollo infantil

Para nosotr@s es importante señalar respecto a esta sección que de ninguna manera nuestra intención es culpabilizar a las madres y padres que presentan depresión perinatal. Es un fenómeno que depende de múltiples variables y que conlleva un gran sufrimiento personal. Lo que intentamos hacer aquí es proveer de información para entender lo que se está viviendo y, de considerarlo pertinente, buscar ayuda profesional para poder tratar a tiempo esta enfermedad y prevenir los efectos que tiene tanto en quien la vive, los infantes y el entorno familiar. 

La evidencia ha señalado que cuando las madres presentan depresión: 

  • L@s bebés presentan mayor frecuencia en el llanto y dificultades para ser calmados, evitación del contacto visual con la madre y mayor presencia de emociones/sentimientos negativos. 
  • El desarrollo de un apego* seguro se ve afectado

*[El apego puede entenderse como el vínculo que se forma entre el bebé y sus adultos significativos]

  • Para desarrollar un apego seguro con el bebé, se requiere de un cuidador atento a sus estados emocionales y necesidades; que sea capaz de responder y brindar calma en momentos de estrés. La depresión dificulta estos procesos por la intensidad de las emociones negativas, la tendencia a enfocarse en el propio mundo interno y la baja energía para responder a los intercambios y demandas del infante. 
  • Muchas veces las madres con depresión reportan sentir hostilidad y un alto estrés en relación a la crianza, así como también pensamientos negativos en relación a sí mismas y a las conductas del bebé. De esta manera, la tarea de la crianza resulta abrumadora, el sentido de competencia disminuye y la tendencia a las autocríticas aumenta, lo que interfiere en el logro de interacciones satisfactorias con el bebé.
  • En los casos en que las madres no han recibido tratamiento y no cuentan con redes de apoyo que acompañen y sostengan la crianza compartida, l@s hij@s pueden presentar patologías mentales a lo largo de la vida, en especial trastornos del ánimo como la depresión y la bipolaridad. 

Mientras más severa y crónica es la depresión de la madre, más efectos negativos tiene en el vínculo con su hij@. Es por esto que es tan importante identificar la presencia de esta enfermedad y buscar ayuda profesional para tratarla. 

La evidencia ha señalado que cuando los padres presentan depresión:

  • Impacta principalmente el desarrollo emocional y conductual en niñ@s entre 3 y 5 años
  • Afecta la dinámica familiar.
  • Aumenta la insatisfacción con la relación de pareja.

¿Por qué algunas personas tienen depresión perinatal?

La depresión perinatal depende de múltiples variables que inciden en su aparición. Algunas variables pueden denominarse “de riesgo”, puesto que aumentan la probabilidad de desarrollar depresión perinatal, mientras que hay otras que pueden denominarse “protectoras”, puesto que previenen o reducen la probabilidad de lo anterior.

¿Cuándo pedir ayuda profesional?

Debido a que algunos síntomas propios de la experiencia del embarazo y/o haber dado a luz se presentan también en la depresión perinatal -a saber, la excesiva irritabilidad, ánimo bajo, cambios rápidos e intensos en el estado emocional, ansiedad y dificultades para conciliar y/o mantener el sueño- puede resultar confuso determinar cuándo se están experimentando reacciones “normales” y cuándo se trata de algo más serio y es necesario pedir ayuda

  • Algunos elementos que permiten hacer la distinción tienen que ver con la frecuencia, intensidad y duración del malestar que se está viviendo. Hablar con personas que también hayan tenido la experiencia del embarazo puede ayudar a hacer ciertas distinciones.
  • Se recomienda especialmente consultar cuando se está experimentando un constante y marcado rechazo al bebé o a brindar los cuidados que requiere. También cuando regularmente el llanto del bebé o sus demandas se hacen difíciles de sostener sin un desborde emocional. 

Dado que durante los primeros meses de vida del bebé los controles médicos son constantes y periódicos, te recomendamos comentarle a la/el profesional que te atiende cómo te has estado sintiendo, cómo has visto a tu bebé y pedirle su opinión y recomendaciones. 

Datos generales de impacto en Chile y el mundo sobre la depresión perinatal

  • Constituye una de las complicaciones más comunes en las mujeres embarazadas o que han dado a luz recientemente. La prevalencia a nivel mundial de depresión durante el embarazo oscila entre un 6% y 38%; mientras que la prevalencia de la depresión postparto oscila entre un 3% y un 38%. El rango es amplio puesto que se presenta una diversidad significativa entre las diferentes regiones del mundo. La prevalencia es mayor en los países en vías de desarrollo en comparación con aquellos desarrollados
  • En los hombres, se ha estudiado que la prevalencia de depresión durante el embarazo varía de acuerdo al trimestre. El primer trimestre es el que alcanza la cifra más alta con un 13,6%, que luego disminuye a un 11,3% en el segundo, y a un 10,1% en el tercero. Se ha determinado que alrededor de un 9,8% de padres presenta síntomas de depresión perinatal durante todo el proceso.  Respecto a la depresión postparto, se ha determinado que alrededor de 8,8% de hombres presentaría síntomas de depresión durante todo un año luego del parto. 
  • En Chile, se estima que alrededor del 16%-20% de las mujeres se encuentran en riesgo de presentar depresión postparto dentro de los 6 meses siguientes al nacimiento del bebé; porcentaje superior al promedio global. Se ha estudiado que la probabilidad de desarrollar una depresión postparto si eres perteneciente a un nivel socioeconómico bajo es de 41,3%; mientras que en el nivel medio es de 33,5% y el nivel alto es del 27,7%. 
  • Las tasas más altas para el desarrollo de depresión postparto ocurren a las 12 semanas luego del parto, siendo este momento especialmente relevante para el monitoreo del ánimo en las madres.  

Mitos sobre la depresión perinatal

Es un mito por sí mismo que la llegada de un nuevo bebé es el momento más feliz y satisfactorio de la vida de una mujer, a partir del cual el vínculo con este se da de forma natural y se activa un programa biológico “instintivo” para su cuidado y crianza. Muchas de estas concepciones llenan a las madres de culpa por no sentir lo que “deberían” o tener dudas respecto a cómo cuidar de su bebé. Esperamos que, con este artículo y los mitos aquí desmentidos, se entienda que para muchas mujeres la maternidad es desafiante en múltiples sentidos y los sentimientos negativos y dudas son mucho más comunes de lo que se cree. 

No es inusual experimentar sentimientos ambivalentes respecto a la llegada y crianza del bebé. En momentos, se puede sentir culpa y agobio; dudas respecto a si habrá sido el mejor momento para tener un hij@; sentimientos ocasionales de rechazo; deseos de estar sola y preocupación por los “costos” de la maternidad en distintos planos. A la vez, se pueden experimentar sentimientos amorosos, deseos de cercanía y conexión y alegría por el nacimiento del bebé. Es importante darle un espacio a la ambivalencia y poder conversarlo con otros; como también cuidar de no ejercer el rechazo o insensibilidad contra el bebé a través de conductas como dejarlo llorar, dejarlo solo, tratarlo mal, no responder a sus necesidades, entre otros. 

  • La depresión postnatal y “baby blues” / “melancolía del bebé” son lo mismo

Coloquialmente, se ha denominado como “baby blues” o “melancolía del bebé” a aquel período luego del nacimiento en el cual la madre puede sentirse más sensible y “emocional” debido a los cambios físicos y hormonales experimentados. Se ha estimado que alrededor de un 80% de las mujeres experimentan lo anterior las dos semanas posteriores luego de haber dado a luz. 

Por su parte, la depresión postparto generalmente empieza a las 6 semanas posteriores al parto y sus síntomas son más prolongados, persistentes y severos. 

  • La depresión postparto siempre ocurre en los primeros meses de nacido el bebé

El inicio de la depresión postparto varía de mujer en mujer, y aunque es común que ocurra dentro de los primeros 3 a 4 meses de nacido el bebé, también puede ocurrir incluso luego de un año de haber dado a luz. Asimismo, es importante recordar que pueden comenzar a experimentarse síntomas de depresión durante el embarazo, antes de la llegada del bebé. 

  • La depresión perinatal sólo afecta a las mujeres

Aunque la depresión de los padres con inicio en la etapa perinatal es bastante menos común que en las madres, puede ocurrir. En su caso, los síntomas usualmente aparecen entre los 3 y 6 meses luego del nacimiento del bebé, y es más probable que desarrollen depresión si sus parejas también tienen depresión perinatal. Ahora bien, en muchos casos, los síntomas se manifiestan de manera diferente en comparación a las mujeres y algunos de los cambios en las conductas no se detectan necesariamente en las escalas de depresión. Se ha encontrado que algunos padres se sienten dejados de lado luego de que nace el bebé; como también fuera del proceso de vinculación con éste. Asimismo, se reporta mayor vulnerabilidad a los cambios con su pareja y nuevos estresores laborales y financieros. En algunos casos incluso se pueden presentar cambios hormonales, tales como una caída en la testosterona. 

  • Tener depresión perinatal significa que soy una mala madre

Es fundamental recordar que la depresión perinatal es una condición común en las mujeres embarazadas y/o que han dado a luz, y depende de la interacción de múltiples variables -tales como desbalances químicos, fluctuaciones hormonales, relación con la pareja, familia y factores ambientales. Asimismo, cuidar a un bebé es un proceso que muchas veces resulta estresante y abrumador. Esto no te hace una mala madre. La crianza debe ser una tarea compartida; es muy difícil hacerlo sola, sin red y no enfermar. 

  • Las madres con depresión postparto le harán daño intencional a su bebé 

La cultura de las películas y series ha perpetuado la idea errónea de que una madre con depresión postparto puede infligir dolor físico o matar a su bebé. Lo anterior se suele confundir con psicosis postparto, una condición extremadamente rara, en la cual luego de dar a luz, la mujer experimenta confusión, desorientación y/o alucinaciones. Es mucho más probable que una mujer con depresión postparto severa, en la cual contemple ideas de muerte, se haga daño a sí misma antes que al bebé. Por otro lado, no es inusual que madres con depresión presenten fantasías respecto a lo que sería vivir sin su bebé y experimentar mucha frustración, pero esto no quiere decir que le harán un daño intencional. 

Ahora bien, el riesgo de la depresión post parto se expresa más bien a nivel vincular. En muchos casos ocurre que sin intencionalidad o con dificultades para hacerlo de manera diferente, algunas madres presentan comportamientos más controladores, como también dificultades para responder de manera eficaz a las necesidades del bebé. La importancia de este punto es activar la búsqueda de ayuda

  • El llanto constante es el principal síntoma de la depresión perinatal 

Los síntomas presentados pueden variar de mujer a mujer. Algunas efectivamente presentarán un llanto persistente; mientras que otras pueden experimentar síntomas que no son tan fáciles de observar. Hay algunas que presentan una preeminencia de un sentimiento de adormecimiento; mientras que otras de irritabilidad o enojo. Asimismo, otros síntomas comunes son la ansiedad o preocupación constante de que se le hará daño al bebé; como también cambios en el apetito, en los patrones de sueño, dificultades para concentrarse y/o una falta de confianza y autoestima.

  • Tomar psicofármacos durante el embarazo o la lactancia provoca daños a la madre y al bebé 

 Si bien los psicofármacos utilizados para tratar patologías mentales no son inofensivos y la evidencia muestra que pueden tener efectos secundarios, el efecto de la depresión también tiene un impacto en la madre y en el desarrollo del bebé, requiriéndose una evaluación muy cuidadosa de los riesgos y beneficios en la toma de decisiones. Dado lo anterior, es esencial que la decisión sobre su uso o no sea en compañía del médico tratante, pues en algunos casos se opta por el “mal menor”, ya que una depresión severa puede tener efectos más nocivos que un psicofármaco tanto para la madre como para el bebé.

  • No hay nada que se pueda hacer para tratar la depresión perinatal, se va sola

La depresión postparto es una condición de salud mental que no se va sola, y debería ser acompañada por un profesional en salud mental y salud materna. De ser tratada adecuadamente, suele tener un buen pronóstico tanto para la madre como para el bebé y su vínculo. Es especialmente importante hablar con el/la médico que lleva los controles del bebé si es que los síntomas descritos en este artículo se intensifican con el tiempo, impactan en el funcionamiento cotidiano e/o incluyen pensamientos de hacerse daño a uno o al bebé. 

Asimismo, será fundamental el apoyo que otorgue la red en la validación de que se trata de una enfermedad, y como tal, tiene tratamiento y su detección temprana reduce las consecuencias para la madre, el bebé, el vínculo y el grupo familiar. 

Prevención de la depresión perinatal

El elemento central de la prevención en este caso será el autoconocimiento y activación de redes. Debido a que la probabilidad de presentar depresión perinatal es mucho mayor en mujeres que han tenido con anterioridad episodios de depresión o estén cursando una depresión, la conciencia sobre la propia fragilidad y necesidades jugará un rol muy relevante. Saber que se tiene un riesgo mayor puede propiciar la anticipación de cuidados, condiciones y vínculos protectores para enfrentar un embarazo, parto y crianza del bebé.

Tratamiento de la depresión perinatal

El oportuno y adecuado tratamiento de la depresión perinatal es muy importante, tanto para aliviar el sufrimiento de las madres y padres que lo padecen, como también para prevenir en la salud mental de los hij@s; mientras más temprana es la detección de una depresión perinatal, hay un mejor pronóstico para quien la padece, el/la niñ@ y la familia.

Se recomienda ir monitoreando el ánimo durante el embarazo, pues así se puede anticipar y prevenir.

Los tratamientos más exitosos se centran no sólo en la sintomatología depresiva, sino que también en el vínculo con el bebé

A continuación, se listarán recomendaciones que se basan en la evidencia sobre los tratamientos más efectivos para lidiar con la depresión perinatal. Ahora bien, en toda terapia lo principal es encontrar una que acomode, guste y la persona siente que le sirve. 

  • Se recomienda la asistencia a psicoterapia; en modalidad tanto individual como grupal. Ahora bien, habrá mujeres que responderán muy bien a los grupos mientras que otras no. Más allá de la modalidad, es importante que la terapia de elección: 
    1. Considere tanto el alivio de los síntomas depresivos de la madre, como el vínculo con el bebé; provea ayuda para reconocer sus necesidades y cómo satisfacerlas, así también potenciar la sensibilidad materna, que se refiere a la capacidad de leer, interpretar y responder a las señales del bebé de manera adecuada. 
    2. Fortalezca la autoestima de la madre y acoja la expresión de variadas emociones. Es fundamental que el terapeuta no perpetúe un sentimiento de culpa por lo que está viviendo y sintiendo. 
  • La opción de farmacoterapia dependerá de la gravedad y características de cada caso. Se recomienda acudir a algún profesional capacitado que pueda derivar y/o proveer de fármacos, seguir sus recomendaciones y acudir a los controles; nunca automedicarse
  • A nivel individual, se ha demostrado que ayuda: 
    • Seguir prácticas como la meditación, el yoga, caminatas y/o realizar actividades en la naturaleza 
    • Aumentar la activación física 
    • Diferenciar actividades a solas, con el bebé y con otros
      • Priorizar tareas: el bebé y tú son lo primero
      • Tener espacios de descanso de las labores maternas, como también espacios personales
      • Realizar actividades recreativas con el bebé y otros cercanos 
      • Cultivar relaciones positivas y de apoyo
  • Ahora bien, es relevante recordar que recuperarse de la depresión no depende únicamente de acciones e intervenciones en el plano individual. Como vimos, gran porcentaje de las variables de riesgo asociadas a la depresión tienen que ver con un bajo apoyo de la pareja, familia y/o entorno social. Es por esto que como estrategias generales se recomienda: 
    • Activar las redes de apoyo
    • Fomentar el apoyo de la pareja 
    • Fomentar una crianza compartida con la familia 
    • Generar espacios para que la madre pueda participar de actividades agradables para ella, y que no necesariamente tengan que ver con la crianza  

Incluya el elemento psicoeducativo: provea de información adecuada respecto a lo que nos está pasando y cómo hacerle frente.

¿Cómo apoyar a una persona cercana que ha sido diagnosticada con depresión perinatal?

Uno de los elementos más importantes para apoyar a cualquier persona que esté cursando una enfermedad de salud mental es contar con la información adecuada respecto al trastorno y lo que implica. Esto es especialmente importante en el caso de la depresión perinatal, pues debido a las múltiples creencias culturales respecto a la maternidad y la depresión en el período perinatal, se crea un estigma y posterior culpabilización a las madres que la padecen; en muchos casos agravando los síntomas ya existentes, provocando que no comenten su padecer con profesionales que podrían ayudarlas por miedo a ser juzgadas, cronificando así esta enfermedad y los efectos que tiene en sus bebés. 

Aquí te dejamos una lista de maneras en las que puedes apoyar a una cercana que esté cursando por una depresión perinatal:

  • Trata de escuchar y comprender sin juzgar: identifica tus propias creencias, prejuicios y actitudes estigmatizadoras sobre la maternidad y las mujeres que padecen depresión perinatal. Tómate el tiempo para pensar si lo que vas a decir hará que la persona se sienta acompañada y le resulte útil.
  • Trata de no criticar la expresión de sus emociones.
  • Aceptar que no es “tontera ni flojera”. No se elige estar deprimida. 
  • Pregúntale a ella cómo se siente y en qué podrías ayudarla. Siempre es importante tener en cuenta su opinión a la hora de sugerir o recomendar algo. 
  • Apoyar sus tratamientos.
  • Ayudar en las tareas cotidianas y cuidados del bebé: durante el embarazo, puedes ofrecerte a acompañarla en las visitas al/la doctora y apoyarla en las pautas que le dejen l@s profesionales. Esto también resulta importante en el período de recuperación. Asimismo, puedes ofrecerte a atender ciertas necesidades del bebé si la madre lo permite y desea. 
  • Construir un vínculo positivo con el bebé.
  • Invita a realizar actividades agradables: hay personas que tienden a aislarse, por lo que te recomendamos proponer planes o actividades en conjunto que se adecúen a las capacidades de ese momento, como también fomentar hábitos saludables en el comer, dormir y tener movimiento físico. 
  • Debido a que uno de los síntomas de la depresión es la irritabilidad, ten paciencia y no te tomes personal algunos de los comentarios que te pueda hacer. Está bien si necesitas tiempo y espacio para cuidar de ti. 

¿Cómo apoyar a mi pareja/madre de mi bebé que ha sido diagnosticada con depresión perinatal?

Los puntos señalados en el apartado anterior también resultarán útiles, pero esta sección está dirigida especialmente al padre del bebé, pues es quien especialmente puede cumplir un rol protector frente a las consecuencias de la depresión. 

  • Compartir las tareas del cuidado de bebé, como el baño, cambio de pañal y hacerlo dormir; como también las labores del hogar. El objetivo es evitar la sobrecarga física y emocional para la madre. 
  • Establecer límites con amigos y familiares respecto a conductas que puedan estar generando un estrés adicional a la madre. 
  • Acompañar a las citas con el médico; y fomentar y ayudar a acceder a un tratamiento más especializado en salud mental.
  • No creer o hacer sentir a la madre que “está tratando de llamar la atención, fingiendo o siendo floja”.
  • Estar presente y conectado a las necesidades de la madre y el bebé; pasar tiempo juntos y fomentar el ser pareja además de padres. 

En el siguiente link podrás revisar más información más detallada sobre cómo apoyar en este momento a la madre de tu bebé, junto con ideas sobre cómo iniciar y tener conversaciones respecto a esta temática: https://www.psychologytoday.com/cl/blog/que-hacer-y-que-no-hacer-si-tu-esposa-tiene-depresion-postparto 

 

También te invitamos a revisar la sección de “Crianza” y “Niñ@s”de PsiConecta, que contiene abundante y variada información sobre la temática y salud mental infantil.


Marcia Olhaberry es Doctora en Psicoterapia, Académica Escuela de Psicología, Pontificia Universidad Católica de Chile, Investigadora Asociada y Subdirectora MIDAP, Instituto Milenio para la investigación en Depresión y Personalidad. Durante su formación se ha desarrollado principalmente como Psicóloga Clínica y como Investigadora en Primera Infancia, contando con acreditación para el ejercicio de la Psicoterapia y la Supervisión Clínica. Entre sus temas de investigación se encuentran las relaciones familiares tempranas, la parentalidad y su influencia en el desarrollo y la salud mental infantil. En específico, ha investigado en depresión y parentalidad, incluyendo una mirada que considera a la díada madre-hij@ y a la tríada madre-padre-hij@.

 

Referencias

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