Jornada de actualización en investigaciones sobre Trastorno de Personalidad: Trauma y trastorno de personalidad

En un contexto nacional e internacional donde los trastorno de personalidad figuran entre los diagnósticos más prevalentes y estigmatizados —y donde los tratamientos efectivos aún son limitados—, el pasado 24 de abril se llevó a cabo la Jornada de Actualización en Investigaciones sobre Trastornos de Personalidad. Esta instancia fue organizada por MIDAP, el Diplomado en Trastornos de Personalidad de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Chile y nuestra plataforma PsiConecta.
Durante la jornada se presentaron los principales avances investigativos desarrollados por diversos equipos en áreas clave como el diagnóstico, el tratamiento y la psicopatología básica de los trastornos de personalidad. Este tipo de investigación científica rigurosa es fundamental para profundizar la comprensión de estos cuadros clínicos, optimizar los procesos diagnósticos y promover intervenciones más eficaces y accesibles. Todo ello cobra especial relevancia en el contexto nacional, donde los problemas de salud mental tienen un impacto significativo tanto en términos humanos como económicos.
Entre las presentaciones destacadas, el psiquiatra Félix Bacigalupo abordó el tema “Trauma y trastorno de personalidad”. Su exposición comenzó con un caso clínico que, en una primera mirada, sugería un diagnóstico de depresión mayor. Sin embargo, al considerar factores contextuales, antecedentes y síntomas específicos, emergen otros posibles diagnósticos: un trastorno de estrés postraumático complejo y un trastorno límite de la personalidad. Esta superposición plantea interrogantes clínicos relevantes: ¿Cómo abordar casos donde convergen múltiples dimensiones diagnósticas?
A partir de este ejemplo, el Dr. Bacigalupo presentó una serie de estudios que permiten comprender mejor estas comorbilidades y destacan la efectividad de terapias centradas en el trauma para el abordaje de ciertos casos de trastorno de personalidad.
Como cierre, invitó a los y las asistentes a promover un diálogo constante entre la práctica clínica y la evidencia científica, subrayando que “la evidencia basada en la práctica y la práctica basada en evidencia deben conversar”. Aún queda mucho por investigar y aprender en este desafiante y necesario campo de la salud mental.