¿Qué tiene que ver el ejercicio físico con la salud mental?
Por: Arturo Troncoso
Probablemente muchos hemos escuchado que es importante incorporar el deporte o actividad física en nuestro día a día, y que con la situación que estamos viviendo a raíz de la pandemia sería aún más relevante el poder mantener éste tipo de hábitos, incluso si eso significa que tengamos que hacer deporte o ejercicio en casa. Algunos especialistas nos lo recomiendan, naturalmente, como una manera de mantenernos en forma durante este período de menor actividad. El ejercicio ayuda a fortalecer nuestro sistema inmune al mejorar la capacidad de oxigenación y transporte de nutrientes en nuestro cuerpo. Además el hacer ejercicio regularmente nos ayuda a mantener un corazón sano y a tener nuestro peso bajo control.
Sin embargo, también vemos que expertos de la salud mental nos lo recomiendan con mucha frecuencia.
¿Qué tiene que ver el ejercicio físico con la salud mental? ¿por qué es tan importante?
Si miramos la evidencia, observamos que la actividad física regular nos ayuda de múltiples maneras a mejorar nuestra salud mental.
1. Nuestro estado de ánimo mejora
En primer lugar, se ha visto una fuerte relación entre ejercicio y estado de ánimo. Michael Otto, un profesor de psicología e investigador en la Universidad de Boston afirma que usualmente, dentro de cinco minutos luego de una sesión de ejercicio moderada, se tiene un efecto de mejora del estado del ánimo. Al hacer ejercicio estamos estimulando la liberación de endorfinas en nuestro cerebro. Pero el ejercicio también puede ayudar a aliviar trastornos depresivos de largo plazo. Según James Blumenthal, psicólogo clínico investigador de la Universidad de Duke, hay datos que sugieren que personas más activas están menos deprimidas que personas más inactivas. Incluso, en algunos de sus estudios se ha visto que el efecto del ejercicio es comparable al de los antidepresivos para personas que padecen de trastornos depresivos mayores.
El ejercicio también puede mejorar el ánimo de una persona deprimida, al ayudarla a volver a tener actividad significativa y entregarle un sentido de logro.
2. Regula nuestros ciclos de sueño
Al estar confinados a nuestros hogares, es mucho más difícil el poder establecer una rutina, mantener ciertos horarios y hábitos. El poder mantener un horario de sueño adecuado por ejemplo, es una de las dificultades al estar en cuarentena, ya que al estar todo el día en casa, es muy fácil caer en distracciones como lo son la televisión que puede llevarnos a alterar nuestro horario de sueño. Hacer ejercicio en casa nos puede ayudar a regular nuestro horario de sueño, ya que al usar energía al hacer actividad física, nuestro cuerpo nos va a pedir un descanso para poder recuperarse, lo que facilita tanto la regulación de los horarios de sueño como también el poder conciliarlo. Esto es particularmente importante para nuestra salud mental, ya que una variedad de investigaciones nos muestran que tener el ciclo de sueño regulado tiene efectos protectores en nuestro cerebro y en la posibilidad de desarrollar trastornos de salud mental (https://www.health.harvard.edu/newsletter_article/sleep-and-mental-health).
3. Reduce nuestros niveles de ansiedad
Al estar en una situación de gran incertidumbre – tanto en cuanto al virus mismo como también en cuanto a nuestra situación laboral y social – podemos sentirnos estresados y/o ansiosos. El ejercicio también nos sirve para lidiar con el estrés y la ansiedad. Se ha explorado el ejercicio como una herramienta para tratar y quizás incluso prevenir la ansiedad. Esto, ya que cuando nos sentimos asustados o amenazados, nuestro sistema nervioso entra en un estado de ‘lucha o huida’, en el que dentro de otras cosas, aumenta nuestro ritmo cardíaco, sudoración, y respiración. Estos síntomas son los mismos que las personas usualmente experimentan al hacer ejercicio, pero en este caso responden a estas señales no con miedo o preocupación, sino que se interpretan de una manera totalmente distinta, como algo normal. Al hacer ejercicio regularmente podemos aprender a interpretar estas señales de otra manera, y asociar estos síntomas con seguridad y bienestar, y no hacia miedo o peligro. Jasper Smits, profesor de psicología e investigador en la universidad de Texas, junto con Michael Otto, mencionado anteriormente, pusieron a prueba esta teoría en un estudio con 60 voluntarios con alta sensibilidad a la ansiedad, publicado el año 2008. Descubrieron que las personas que realizaron un programa de ejercicio de dos semanas mostraron mejoras considerables en su nivel de ansiedad, comparado con quienes no siguieron este programa. También, al hacer ejercicio entrenamos a nuestro cerebro a tolerar estrés, en este caso autoimpuesto y que trae otros beneficios. Entonces al momento de vivir situaciones que nos puedan generar estrés, este estrés tendría un efecto menos profundo y tendríamos mayor facilidad para enfrentarlo o tolerarlo. “El ejercicio podría ser una forma de fortalecer el cerebro biológicamente de tal manera que el estrés tenga menos impacto central”, Otto menciona.
A veces es difícil partir haciendo ejercicio, sobre todo si nos planteamos metas que se ven muy lejanas o que no forman parte de nuestras prioridades inmediatas. Es importante, más que hacer ejercicio con alta intensidad y tomarlo como un deber, que podamos verlo como una actividad gratificante en sí misma, con el foco en el aquí y ahora. Es por esto que es recomendable el partir moderadamente, y poder mantener una frecuencia de la actividad física. Puede ser incluso una actividad para desarrollar con las personas cercanas con las que estamos viviendo esta cuarentena, y así encontrar otra forma más de vincularnos, teniendo como foco el bienestar físico y mental.