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¿Conoces la diferencia entre timidez y ansiedad social?

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¿Conoces la diferencia entre timidez y ansiedad social?

Por: Ps. Trinidad Gómez

Sentir ansiedad en ciertos contextos sociales es normal. Para much@s de nosotr@s, las relaciones sociales pueden ser desafiantes, ya sea en el colegio, trabajo, o situaciones como reuniones y juntas. A algunas personas les puede costar hablar en público o relacionarse con gente nueva, mientras que otras piensan constantemente en cómo son percibidos por los demás.

La timidez y la ansiedad social son conceptos asociados a estos desafíos que se suelen usar indistintamente, pero que tienen diferencias importantes. Confundir ambos conceptos puede convertirse en algo problemático cuando impide a una persona recibir la ayuda adecuada. En este artículo, te invitamos a conocer de qué se trata la timidez y la ansiedad social, y cómo difieren. 

La Timidez

El concepto timidez describe a las personas que tienden a sentirse incómodas, nerviosas o cohibidas en algunas situaciones sociales. La timidez puede limitar nuestra capacidad para establecer relaciones sociales y participar en diversas actividades.

La timidez varía en intensidad, desde una leve inquietud en ciertas situaciones sociales, hasta un miedo más profundo al relacionarse con los demás. En ocasiones, puede estar acompañada de síntomas como sudoración, enrojecimiento o tartamudeo.

La timidez es un rasgo psicológico. Cuando se dice que la timidez es un “rasgo”, se está haciendo referencia a una característica o cualidad distintiva y relativamente estable de la personalidad de una persona. 

Es esencial recordar que los rasgos de personalidad, incluida la timidez, no son buenos ni malos en sí mismos; simplemente describen formas particulares en que cada individuo interactúa con el mundo. Algunas personas encuentran que la timidez les permite ser más observadoras y reflexivas, mientras que otras pueden sentir que les dificulta la interacción social. En este último caso, puede ser útil desarrollar habilidades sociales y de afrontamiento para manejar situaciones en las que la timidez puede ser un obstáculo para el bienestar y la calidad de vida.

Entonces:

– La timidez es una característica de personas que se sienten nerviosas, incómodas o inseguras en situaciones sociales. Las personas tímidas tienden a ser más reservadas y pueden preferir contextos más tranquilos o íntimos.

– La timidez es un rasgo, lo cual implica que es una característica relativamente consistente y estable de la personalidad de una persona. (Esto no significa que la timidez sea permanente ni inmutable; los rasgos pueden cambiar y evolucionar a lo largo de la vida). 

Ansiedad Social 

Por su parte, la ansiedad social, también conocida como fobia social, es un marcado o intenso miedo ante situaciones sociales en las que la persona siente que está siendo observada y juzgada por los demás, como al mantener una conversación o reunirse con personas desconocidas. La ansiedad social se puede manifestar como:

– Temor a ser juzgado como ansioso, estúpido, aburrido, intimidante, sucio o desagradable.

– Miedo a actuar o mostrarse de una determinada manera.

– Miedo a mostrar síntomas de ansiedad que serán evaluados negativamente por los demás, como rubor, temblores, sudoración, trabarse con las palabras, o no poder mantener el contacto visual o la mirada.

– Miedo a ofender a los demás y ser rechazados.

Sentir ansiedad en ciertos contextos sociales es normal, pero las personas con ansiedad social sienten miedo o ansiedad intensa en casi todas las situaciones sociales (no es un temor ocasional). Hay un miedo a actuar de cierta manera o de mostrar síntomas de ansiedad que pueden resultar en rechazo, humillación, o vergüenza. 

Además, el miedo experimentado tiende a ser “desproporcionado”. Esto quiere decir que las personas con ansiedad social pueden sobrestimar las consecuencias negativas de las situaciones sociales.

Por último, en la ansiedad social, las situaciones sociales se evitan o resisten con miedo o ansiedad intensa. Esto puede dar lugar al aislamiento y soledad.

A diferencia de la timidez, la ansiedad social es un trastorno mental, pues genera un malestar o sufrimiento significativo e interfiere de manera importante en el bienestar de las personas que la padecen, alterando sus emociones, modo de pensar, y comportarse.

Es muy importante que sepas que la ansiedad social es tratable. Hay muchas opciones de tratamiento efectivos para aquellas personas que lo necesitan, los cuales revisaremos más adelante. 

¿Desde la timidez hacia la ansiedad social?

Si bien la timidez y la ansiedad social son cosas diferentes, tienen algo en común: la inhibición conductual en la niñez. 

La inhibición conductual es una característica que subyace a la timidez y a la ansiedad social. Describe un miedo ante la novedad, es decir, miedo ante personas o situaciones nuevas, que se suele manifestar desde temprana edad. Un@ niñ@ con inhibición conductual tiende a experimentar ansiedad frente a estímulos desconocidos, y como consecuencia, presenta un comportamiento cauteloso y reservado. L@s niñ@s con inhibición conductual tienden a preferir quedarse en el costado observando a otr@s niñ@s jugar en lugar de unirse activamente a las actividades de juego, o presentan dificultad para separarse de sus padres. También pueden ser reservados en la expresión de sus emociones, manteniendo sus sentimientos para sí mismos.

La inhibición conductual está altamente influenciada genéticamente, lo cual permite explicar el carácter hereditario de la timidez y ansiedad social. 

Entendiendo que la inhibición conductual está a la base tanto de la timidez y la ansiedad social, es posible que la timidez en la infancia evolucione hacia la ansiedad social. Por eso, se considera que la timidez es un factor de riesgo para el desarrollo de ansiedad social. 

Sin embargo, una persona tímida no necesariamente llega a desarrollar ansiedad social.  

¿Una persona que no es tímida puede tener ansiedad social? 

La ansiedad social no siempre está relacionada con la timidez. Una persona que no es tímida también puede desarrollar ansiedad social. Algunas personas pueden ser extrovertidas y sociables en entornos familiares o con amigos cercanos, pero experimentan una gran ansiedad en otras situaciones sociales o cuando están expuestas a evaluaciones o juicios externos. 

En algunos casos el estrés o vivir cambios importantes puede desencadenar la ansiedad social. Cambiar de país, ciudad, trabajo, o colegio; comenzar una nueva etapa educativa, como la educación superior, o experimentar una ruptura en una relación, son eventos que pueden generar estrés y ansiedad, y desencadenar la ansiedad social, sobre todo cuando estos cambios conducen a sentirse insegur@ o inadecuad@ en las nuevas circunstancias, o preocupación por cómo será percibid@ por los demás en su nuevo entorno. 

¿Cuál es el tratamiento para la ansiedad social?  

Como mencionamos antes, la ansiedad social es un trastorno que tiene tratamiento. El tratamiento más efectivo para la ansiedad social es la psicoterapia, la cual a veces se complementa con un tratamiento farmacológico.

El tratamiento psicoterapéutico para la ansiedad social puede variar según la gravedad y las necesidades individuales de cada persona. Aquí mencionamos algunos de los componentes más comunes y que han demostrado ser eficaces a través de investigación para disminuir la ansiedad social: 

– Incorporación de principios de la terapia cognitivo conductual: La terapia cognitivo conductual es un tipo de terapia que ayuda a identificar y modificar pensamientos negativos y comportamientos que contribuyen a la ansiedad social. Enseña a enfrentar gradualmente situaciones sociales temidas y adquirir habilidades sociales efectivas.

– Exposición gradual: La exposición gradual es una técnica terapéutica cuyo objetivo es enfrentar las situaciones sociales temidas de a poco y paso a paso para reducir la ansiedad. La idea es enfrentar progresivamente aquellas situaciones que generan ansiedad, empezando por las menos amenazantes y avanzando hacia las más desafiantes. El objetivo es que la persona se acostumbre gradualmente a estas situaciones y aprenda que sus temores no son tan amenazantes. La exposición gradual se apoya en la desensibilización sistemática. La desensibilización es similar a cuando te acostumbras a algo que te asusta o te pone nervioso, de manera gradual, hasta que ya no genera tanto miedo. En otras palabras, es el proceso por el cual una persona disminuye su respuesta emocional a una determinada situación al ser expuesta a dicha situación repetidamente. Al exponer gradualmente a la persona a la situación temida, y al mismo tiempo enseñarle técnicas de relajación y manejo de la ansiedad, se logra que la respuesta emocional disminuya con el tiempo. 

– Técnicas de relajación: Cuando una persona se siente ansiosa, su sistema nervioso puede estar en un estado de activación excesiva. Al practicar la relajación, se puede contrarrestar esa activación, reduciendo los síntomas físicos de la ansiedad, como la frecuencia cardíaca acelerada y la tensión muscular. El uso de técnicas de relajación, respiración, y meditación ayudan a reducir la ansiedad social.

– Mindfulness: El mindfulness (o atención plena) fomenta la aceptación de las emociones y sensaciones incómodas que surgen en situaciones sociales. Cuando una persona tiene ansiedad social, tiende a preocuparse mucho por lo que l@s otr@s piensan, y teme ser juzgada negativamente o sentirse avergonzada en situaciones sociales. Esta preocupación constante puede generar pensamientos negativos y autocríticos, que aumentan aún más la ansiedad. Al practicar el mindfulness y hacer un esfuerzo por aceptar estas emociones sin juzgarlas, la ansiedad puede disminuir. 

– Autocompasión:  La autocompasión se refiere a la capacidad de ser amable y compasivo con uno mismo en momentos de dificultad, en lugar de ser crítico y duro. En el contexto de la ansiedad social, la autocompasión implica reconocer que todos experimentamos desafíos en nuestras vidas, incluidas situaciones sociales que generan miedo o ansiedad. Al cultivar la autocompasión, las personas pueden aprender a tratarse a sí mismas con gentileza y paciencia cuando enfrentan sus miedos. En lugar de juzgarse a sí mismas de manera negativa por sentir ansiedad, aprenden a aceptar sus emociones sin culparse a sí mismas. Esto puede reducir el estrés y la autocrítica excesiva que suelen acompañar a la ansiedad social.

– Apoyo social: Contar con un sistema de apoyo social es fundamental para el bienestar emocional en general y especialmente útil en el tratamiento de la ansiedad social. Tener personas en quienes confiar, con quienes compartir experiencias y recibir comprensión y aliento puede ser reconfortante. El apoyo social puede provenir de amigos, familiares, grupos de apoyo e incluso un terapeuta. Estas personas pueden brindar un espacio seguro para practicar habilidades sociales, ofrecer retroalimentación positiva y ayudar a desafiar los pensamientos negativos relacionados con la ansiedad social. 

¿Y es posible reducir la timidez? 

La timidez es una característica de la personalidad que algunas personas tienen y otras no. Es importante recordar que la timidez no define a una persona y no debe ser motivo de vergüenza. Ahora bien, la timidez puede generar malestar en ciertas situaciones sociales, lo cual puede tener un impacto en nuestro bienestar. Si la timidez está afectando significativamente la calidad de vida de alguien o impidiendo el logro de sus objetivos, entonces es recomendable buscar apoyo. Cada persona tiene sus propias características y formas de interactuar con el mundo. La clave está en aceptarse a un@ mism@ tal como es y buscar un equilibrio que le permita funcionar y sentirse bien en la vida diaria. Tod@s las personas nos sentimos ansiosas en algunos contextos sociales. 

Sin embargo, hay personas que presentan dificultades más persistentes al relacionarse o socializar con otros, lo cual puede generar mucho sufrimiento. Algunas de estas personas pueden ser tímidas, es decir, más reservadas o inhibidas. Otras pueden padecer un trastorno de ansiedad social.  Conocer las diferencias entre ambos conceptos es importante para recibir ayuda. Si te sientes identificad@, recuerda que no estás sol@, y es posible recibir ayuda. 

Referencias 

– Goldsmith, H. H., Hilton, E. C., Phan, J. M., Sarkisian, K. L., Carroll, I. C., Lemery-Chalfant, K., & Planalp, E. M. (2022). Childhood inhibition predicts adolescent social anxiety: Findings from a longitudinal twin study. Development and psychopathology, 1–20. Advance online publication. https://doi.org/10.1017/S0954579422000864 

– Smith, A. K., Rhee, S. H., Corley, R. P., Friedman, N. P., Hewitt, J. K., & Robinson, J. L. (2012). The Magnitude of Genetic and Environmental Influences on Parental and Observational Measures of Behavioral Inhibition and Shyness in Toddlerhood. Behavior Genetics, 42(5), 764–777. doi:10.1007/s10519-012-9551-0  

– Karevold, E., Coplan, R., Stoolmiller, M., & Mathiesen, K. S. (2011). A longitudinal study of the links between temperamental shyness, activity, and trajectories of internalizing problems from infancy to middle childhood. Australian Journal of Psychology, 63(1), 36-43.

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